332.- Tengo una corazonada.

Había un ciclista que todos los días cruzaba una frontera a lomos de su bicicleta portando unas alforjas llenas de piedras. El aduanero, todos los días, revisaba cuidadosamente la carga de las alforjas intentando descubrir algo en o entre las piedras, pero nunca encontró nada.
Jubilados ambos, el aduanero preguntó al ciclista que qué era lo que pasaba; pues le constaba en su interior que algo había. El ciclista le contestó: "Muy sencillo, estaba a la vista, bicicletas".
Al hilo del chistecillo, tengo una corazonada. No sé si nos darán la organización de la olimpiada del 2016, cruda cuestión por el fracaso no técnico pero sí de la gestión de las relaciones públicas y del marketing, pero lo que mi corazonada me da como seguro es que los "impulsores" habrán hecho turismo de altura por todo el planeta como en su vida hubieran imaginado.

Dedicatoria.- Al alcalde Gallardón, "Recaudator I", por la incoherencia del impuesto sobre las basuras.