Comentarios acerca de la vida nacional. Temas militares, política, seguridad, terrorismo, fuerzas armadas, prensa, radio y televisión, moral y ética ciudadanas. Chascarrillos militares, cocina de campaña, noticias diversas... Todo según los artículos 20 de la Consitución Española y 177 y 178 de las RR.OO. para las FA,s.

08 noviembre 2005

51.- Ayyy... Si los reglamentos militares son muy sabios...

Los reglamentos militares están contrastados a lo largo de cientos de años. Cada guerra, cada avatar, ha originado correcciones de manera inmediata. Su conocimiento e inteligente aplicación da ideas desde para cómo acercarse a una mujer hasta cómo resolver incidencias de la vida cotidiana.
Digo esto porque hace ya muchos años que a quien me quiso oir le hice saber que la inmigración estaba fatalmente regulada. Independientemente de que fuera indiscriminada, es decir sin documentación, paso de frontera subrepticio, sin certificados médico o penales, sin contrato de trabajo, sin dinero de bolsillo (todo ha sido entregado a mafias)... Lo peor es que se hizo de espalda al reglamento (militar por supuesto). Montar una maniobra se hace con arreglo a la hipótesis más probable, ¡¡pero!!... la seguridad de la misma se debe contemplar en relación con la hipótesis más peligrosa. Esta última parte ha sido obviada. Así, mientras las cosas van, relativamente, bien, no canta la gallina, pero cuando los acontecimientos se tuercen si no han sido previstos, el desastre es seguro.
¿Alguien recuerda la crisis de "Perejil"? En Madrid los moros* desaparecieron de la calle. ¿Por qué? Temían una reacción popular contra ellos en el caso de haberse enconado gravemente el asunto.
Todos los cantamañanas solidarios de la inmigración entre por donde entre y en el número y del origen que sea, cuando las cosas se pone feas lo primeron que exigen es que se trasladen a otro barrio. Inmigrantes sí, pero no a su lado.
¿Arderá Madrid? Puede hacerlo por dos motivos. Por un efecto imitación o por el conjunto de los que siguen: la falta de adaptación a nuestra forma de vida, la insolencia de los llegados en cualquier estamento de la sociedad, administración o la sanidad, la importación de modos non sanctos, las mafias creadas (que por cierto también han barrido a las locales, y yo como español protesto enérgicamente por ello), el aumento, ocultado sistemáticamente por la autoridades, de la delincuencia originada por inmigrantes, etc, haga que la sociedad, por su cuenta, comience a movilizarse, y desgraciadamente de diversas "formas", contra los inmigrantes sin discriminar "buenos o malos". Ambos motivos encenderán la mecha de un incendio difícil de apagar, en el que habrán de tomarse terminantes decisiones que la indecisión e ineficacia políticas aplazaron.

Que luego ningún aficionado de los que pululan por la carrera de San Jerónimo (Madrid) se rasgue las vestiduras. La sociedad jamás, ¡jamás, coño!, es culpable de nada, la culpa es de sus dirigentes. Sólo es culpable de haberlos votado, pero es que con las listas cerradas tampoco dejan resquicio.

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* Para algún cretino que me interprete mal. He vivido ocho años de mi niñez en Marruecos, compartiendo todo con morillos y rodeado únicamente de moros, con los que mantengo una relación de más de cincuenta años. Si alguien se preocupa de leer el romancero, la palabra moro va asociada a los calificativos más elogiosos. Galanura, donosura y elevados sentimientos amorosos por una cristiana cautiva se aplican a la figura de un "moro". Que me perdonen los instruídos. Hay mucho ignorante.
** El tema de la inmigración da para mucho. Prometo un monográfico.