Comentarios acerca de la vida nacional. Temas militares, política, seguridad, terrorismo, fuerzas armadas, prensa, radio y televisión, moral y ética ciudadanas. Chascarrillos militares, cocina de campaña, noticias diversas... Todo según los artículos 20 de la Consitución Española y 177 y 178 de las RR.OO. para las FA,s.

20 mayo 2010

380.- Fusilando a Luis María Ansón.


Félix Martínez publica en La Gaceta, diario excelentemente dirigido por Carlos Dávila, una información que pone los pelos de punta. José Luis Rodríguez Zapatero decidió en 2007 vender el 38% de nuestras reservas oro. Los mastines de la crisis aullaban ya entre los tobillos de España y estaba claro que el metal de referencia valdría cada día más. Pero Zapatero debe considerar que las reservas oro son un signo del capitalismo salvaje, incompatible con su proclamado progresismo provocador y simplista.
Zapatero vendió en el año 2007, el 38% de nuestras reservas a 630 dólares la onza. Hoy la cotización está en 1.200. La partida oro vendida por una ocurrencia de Zapatero valdría ahora cerca de medio billón de pesetas más. El presidente de las dádivas y las sonrisas impuso su criterio frente a la resistencia de Pedro Solbes y del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Necesitaba dinero fresco para sus despilfarros y lo obtuvo con gravísimo perjuicio para el conjunto de los españoles. Pedro Solbes comprendió entonces que era muy penoso seguir respaldando las ocurrencias económicas de Zapatero. El presidente juega como si se tratara de calderilla con las grandes magnitudes de la economía. Vender 158 toneladas de oro no significa nada para él. Tiene la suerte el presidente de que Mariano Rajoy no se ha tirado a su yugular pidiéndole explicaciones del negocio que ha hecho vendiendo el 38% de nuestras reservas y perdiendo en dos años cerca de medio billón de las antiguas pesetas. La verdad es que Zapatero nos cuesta un ojo de la cara.


Luis María ANSON
de la Real Academia Española


Y ahora... vean, vean este enlace... AQUÍ:  El oro de Moscú y ahora el oro de Pekín.

Lo dije ¿no?