Comentarios acerca de la vida nacional. Temas militares, política, seguridad, terrorismo, fuerzas armadas, prensa, radio y televisión, moral y ética ciudadanas. Chascarrillos militares, cocina de campaña, noticias diversas... Todo según los artículos 20 de la Consitución Española y 177 y 178 de las RR.OO. para las FA,s.

12 octubre 2009

339.- La Fiesta ¿Nacional?

Hoy, 12 de octubre, nueva conmemoración de la Fiesta Nacional, cada vez menos fiesta y menos nacional.
El pueblo asiste, vitorea y aclama los símbolos nacionales y a las Fuerzas Armadas, como expresión máxima de la unidad e independencia de la patria.
Lejos de esto, hay políticos, presidentes de comunidades autónomas, ministros, etc, que no están a la altura de sus obligaciones y con su ausencia tratan de insinuar lo que no tendrían el valor de proclamar con palabras.
Otros aunque presentes no saben estar, por su vestimenta o actitud durante el acto. Concretamente el presidente del gobierno, Joseluis R. Zapatero, durante el acto de homenaje a los caídos, encima de que es estevado, miraba continuamente a un lado y a otro dejando traslucir poco empaque, así como el inefable Bono que se tocaba ostentosamente la cara. Sin embargo el rey, inmóvil e impávido, daba la pauta de lo que debía de ser el comportamiento en el acto. Ya dije otras veces que los otros tal vez no habían recibido clases de educación para la ciudadanía o simplemente... de educación.
En cuanto al desfile.
El peor de los últimos años por su ejecución (no se veían las diagonales ni a 100 m de altura) y brevedad de la muestra. Falta más protocolo. La televisión peor que nunca, planos muy cortos, mal emplazamiento de las cámaras y fatal el cálculo de la iluminación, muy cruda, a las 10:00.
Las aeronaves deberían de pasar antes del comienzo del desfile o entre el motorizado (demasiado rápido) y el de a pie. El desfile aéreo fue impecable.
Los comentaristas malejos pero tratando de mejorar.
La ubicación mala, pero se debe a la imposibilidad de utilizar la plaza de Colón por la "inteligente" remodelación decidida por el prócer Gallardón.
Improcedentes de todo punto los abucheos dirigidos a miembros del gobierno. Era un acto de Estado, para silbar hay otros momentos.