Comentarios acerca de la vida nacional. Temas militares, política, seguridad, terrorismo, fuerzas armadas, prensa, radio y televisión, moral y ética ciudadanas. Chascarrillos militares, cocina de campaña, noticias diversas... Todo según los artículos 20 de la Consitución Española y 177 y 178 de las RR.OO. para las FA,s.

21 mayo 2008

218.- Hotel Palestina, Bagdag.

La guerra no es un lugar fácil; la guerra es donde las tensiones humanas alcanzan su máximo nivel.
Como diría un periodista de televisión, los riesgos del directo son terribles. Entre otras cosas porque no se trata de maltratar el lenguaje, soltar una memez o que estalle un foco sin posibilidad de rectificación; lo que se arriesga en el directo de la guerra es la propia piel. Y con grandes posibilidades de dejársela sobre el terreno.
Esto lo sabe perfectamente cualquier soldado, pero ¿lo saben todos aquellos que, sin ser soldados, se apuntan al directo de la guerra, creyendo que es un juego televisivo más?
Hace tiempo que deseaba hablar de esto y he esperado que pasaran los años.
Es lamentable que un corresponsal de guerra pierda la vida por informar desde donde caen los proyectiles. Igualmente lo es que muera un soldado. La diferencia está en que el soldado va por obligación y el corresponsal va voluntariamente y se expone para conseguir ansiosamente la imagen más impactante. Es evidente que los riesgos de "su" directo son máximos, y así debe asumirlos.
Cuando un hotel ha sido declarado zona no segura y probable objetivo militar. Cuando un sargento, responsable, entre otras cosas, de la seguridad de su pelotón, detecta, en la tensión del combate (ahí no son chorraditas como en un plató de televisión) el más que posible visor de puntería de un arma contracarro y, dando paso previo a la consulta con su superior de las rules of engagement decide actuar contra la peligrosa, para él y los suyos, arma que al parecer, y no se puede vacilar en la respuesta, les apunta desde un balcón del Hotel Palestina, todo aquel que esté en las inmediaciones ha de tener muy claro que si resulta afectado son los riesgos del directo. Sólo faltaba que estos riesgos sólo existieran para una de las partes involucradas.
El sargento defendía su vida y la de los componentes de su unidad, el periodista trataba de conseguir la foto de su vida, y la vida, por estar en el lugar y momento equivocados (la guerra no es un juego) se le fue en el intento.
Corolario. El buscar responsabilidades en el sargento de marines, Thomas Gibson, me parece una iniquidad.
Eso no quita para que, como compatriota, no lamente la pérdida de José Couso, el cámara fallecido en tan trágica acción de guerra.