162.- Al... carajo.

Al Gore, una especie de desdichado cruce entre Jimmy E. Carter y Joseluis R. Zapatero pero mejor alimentado, ha cogido, para regocijo de algunos interesados, la bandera del ecologismo rampante. Ese ecologismo, que como en otro espacio de este blog se dice, pendiente de la salud dental del tiburón ballena, la reforestación de los polos o el stress que acumula el calamar gigante con los sonidos de las hélices de tanto barco, pero que luego arroja la basura en cualquier sitio, consume más energía que nadie o tira de todo-terreno para ir a comprar el pan como si de una bicicleta se tratase.
Recientemente un juez le ha restregado por la cara una sentencia en la que expertos reconocidos dejan en evidencia, al menos en nueve supuestos, sus sospechosas conclusiones rebozadas de tempura política.
Pues bien, no sé quien apoya a este botarate y, el colmo, quien es capaz de darle 200.000 $ para que suelte sus gilipolleces en una conferencia que dará en Palma de Mallorca y a la que asistirá, a buen seguro, lo más granado de la progresía vestida de Lacoste, Armani, Dolce Gabana, etc.
Seguro que los anti-yankis le saludarán con un ¡Gore for president! a ver si los Estados Unidos se estampan de una vez.

P.S.: ¡Qué bajo ha caído el premio Nobel! Espero que los otorgantes del premio Príncipe de Asturias sean más prudentes.

P.P.S.: ¡Sielos! Qué despiste el mío ¡También le dan el Príncipe de Asturias! Bien, pues sólo le falta el Planeta, espero que los otorgantes... etc.
¡ea!