Comentarios acerca de la vida nacional. Temas militares, política, seguridad, terrorismo, fuerzas armadas, prensa, radio y televisión, moral y ética ciudadanas. Chascarrillos militares, cocina de campaña, noticias diversas... Todo según los artículos 20 de la Consitución Española y 177 y 178 de las RR.OO. para las FA,s.

10 julio 2008

229.- Anecdotario militar (I).

Discutían en el cuerpo de guardia el teniente de servicio ese día con uno de los tenientes de semana. La discusión era a cuento del "borrego" que en aquella fría noche castellana llevaba el de guardia bajo el tres cuartos. He de decir que en aquella época, en la que la renta per cápita no excedía los 1.500 $, el "borrego" era un chaleco fabricado rústicamente con piel de cordero con su vello y todo.
Decía el de guardia al de semana que el vello del "borrego" era para adentro, cosa en lo que el de semana no estaba de acuerdo, estimando que era al revés.
En esto, entró en el cuerpo de guardia el capitán de cuartel al que los tenientes pidieron que terciara. El capitán sentenció (¡qué menos!): ¿Para qué lado lo lleva el borrego?...
Y punto.

Comentario.
El capitán erró. Aunque una piel de cualquier animal abriga, con el pelo hacia afuera o hacia dentro, la realidad es que es más confortable que el vello vaya hacia dentro.
Sólo las mujeres en su afán de lucir llevan el visón con el pelo hacia afuera, pero varios diseñadores han dado la vuelta a la piel dejándolo hacia dentro, aunque fuera menos ostentoso.

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Durante la Guerra de Marruecos, una de ellas, un teniente de Infantería tenía como asistente a un moro.
Su labor consistía en traer a su teniente la orden del día, mantenerle los uniformes, comprarle algunas viandas en el mercado, etc. Excuso decir que la convivencia era estrecha, además el teniente compensaba con una notable propina los servicios de su asistente.
Cuando el desastre de Anual el moro desapareció como por ensalmo. El teniente participó con su unidad en las acciones de guerra durante el tiempo que duraron las hostilidades.
Cuando éstas terminaron, el moro volvió. Y ni corto ni perezoso, nada más presentarse, le espetó a su oficial: "Me tinienti, tú muvirte moe bin pur il campu. Yo entintar darti piru nu habir pudedu...".
Tal cual.

Comentario.
El relato es autoexplicativo a más no poder. No hay manera de cambiar su idiosincrasia.

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Cuando los generales tenían ayudantes, estos se dividían en ayudantes perros y ayudantes gatos.
Ayudante perro era aquel que cambiaba de destino cuando su "señorito" lo hacía.
El ayudante gato se limitaba a pedirle a su general, cuando este cambiaba de destino, que le enchufara con el general que venía como sustituto para que le admitiera como ayudante.

Comentario.
A lo largo de mi carrera he conocido múltiples ejemplos de ambos tipos. ¡Ah! Y esto enlaza un poco con la anécdota anterior.