274.- Egipto.

Egipto. Egipto es la paz, la locura, la admiración, el divertimento.
Un viaje típico es una sinfonía de tres movimientos. El sur, alto Egipto, que es el desierto, los impresionantes y colosales templos, el lago Nasser...
El viaje en motonave por el Nilo, un brazo de mar entre más desiertos ribeteado de palmerales, huertos,...
Y El Cairo, ruidoso, caótico, gris y colorista al tiempo, enormemente divertido para la vista y el gusto.
La seguridad extrema, al parecer desde el verano del 2008, la enorme amabilidad de policías y paisanos, el agobio simpático de mercaderes y simples guías de oportunidad, el regateo constante de precios ridículos que al final nos supone menos de un euro de ahorro, permiten disfrutar de un país con múltiples facetas.
Desde el colosalismo del primer movimiento (en el que destacaría Abu Simbel al sur y Karnak en Luxor), el recuerdo de una sensación semejante a la de "Memorias de África" en el segundo (la placidez del discurrir suavemente por el río) y la inmersión en una ciudad como El Cairo en el tercero (de donde destacaría el atardecer en Al Azahar Park y el barrio de Khan Al Khalili), hacen que el viaje sea una sinfonía de sensaciones.

He tenido oportunidad de realizar viajes enormemente interesantes que me han dejado la inquietud de tener que volver algún día por esos países; sabiendo, por otra parte, que he de mirar hacia adelante y no creo que, muy a mi pesar, retorne por los mismos caminos que tanto me deleitaron.